Los sistemas anticaídas deben ser revisados de manera periódica y antes de cada uso, esto incluye en ocasiones eliminar la suciedad o el polvo que se pueda acumular en ellos y que puede afectar a su correcto funcionamiento.
Como fabricantes de mallas de seguridad, con frecuencia nos consultan si este tipo de sistemas se limpian o se mantienen de alguna manera.
Esta limpieza y mantenimiento no solo influye a nivel visual, sino que puede ayudarnos a determinar si existe algún deterioro que a simple vista no podamos ver por, por ejemplo, polvo acumulado.
¿Hay que limpiar una malla de seguridad?
La respuesta corta es sí, conviene limpiar de manera periódica las mallas de seguridad.
¿Por qué es importante limpiar una malla de seguridad?
Esta limpieza no responde solo a un motivo estético, ya que como hemos comentado la acumulación de suciedad puede afectar a factores como el funcionamiento u ocultarnos daños a simple vista, una correcta es importante debido a:
- Inspección visual: La limpieza nos ayuda a eliminar el polvo o el barro que pueden ocultar daños como la oxidación.
- Conservación del material: Ciertos contaminantes aceleran la degradación del material.
- Acumulación de carga: En zonas de mucha lluvia o cuando ocurren fenómenos meteorológicos adversos como una DANA, el peso extra de barro o cemento endurecido puede generar tensiones adicionales.
¿Cómo puede afectarle la suciedad y el polvo?
La suciedad, el polvo, el barro o la propia agua acumulada pueden llevar consigo diferentes consecuencias, como, por ejemplo:
- Actuar acelerando el desgaste de las mallas.
- Reteniendo la humedad.
- Reducir la flexibilidad de las mallas por el peso extra acumulado.
¿Hay diferencias entre una malla limpia y una deteriorada en su comportamiento de carga?
Sí, como hemos comentado, la acumulación de suciedad puede derivar en un mal funcionamiento de la malla, por ejemplo, afectando a:
- La capacidad de absorción de energía ante una caída
- Una menor resistencia al impacto
- Una rotura, por el desgaste acumulado si por ejemplo ha llovido barro
¿Cada cuánto se deben limpiar las mallas de seguridad?
Esto va a depender del uso que se le dé y del lugar donde estén ubicadas, ya que por ejemplo no va a recibir la misma cantidad de agua (lluvia) una malla ubicada en una cubierta del norte que una del sur.
Señales que indican que una malla no es segura
Ya sea por la suciedad o por otros motivos, hay ciertos aspectos que nos indican que la malla puede no funcionar de manera correcta en caso de caída, estos pueden ser:
- Corrosión, ya sea en la malla o en sus anclajes
- Oxidación
- Deformaciones, por ejemplo, por el peso acumulado si ha caído nieve
- Fijaciones y anclajes sueltos
¿Qué no se debe hacer en estos casos?
Como propietarios o usuarios de la cubierta donde están instaladas las mallas podemos intentar arreglar los desperfectos que estas tengan para volver a trabajar de manera segura, pero en ocasiones esto solo empeoraría la situación.
A continuación, os ponemos algunas acciones que no recomendamos hacer:
- Pintar sobre la malla
- Usar herramientas o utensilios de manera agresiva para eliminar restos
- Modificar la malla: cortarla, doblarla, unir una zona con otra…, sin indicación del fabricante o por una empresa instaladora acreditada
Conclusión
La limpieza de las mallas de seguridad no atiende solo a razones estéticas, una correcta revisión y mantenimiento nos asegura que el sistema mantenga su capacidad de absorción del impacto en caso de caída, y, por tanto, siga siendo apto. Como fabricantes de mallas de seguridad, insistimos en realizar revisiones visuales y periódicas con el fin de poder garantizar que el dispositivo vaya a trabajar de manera correcta cuando sea necesario.
Si después de leer el artículo sigue con cualquier duda, puede contactar con nosotros.



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